El tiempo corría veloz, me había acostumbrado a no pensar
demasiado,
tiempo atrás había roto con el chico que me gustaba, y al
que
yo creí amar.
Sentía
que la vida seguía igual mientras que yo aprendía a discernir qué
quería
o no, tener a mi lado.
En
los momentos buscados de soledad, la mente me acercaba las
ilusiones
vividas y evaporadas, logrando acongojarme.
Los
ánimos subían y bajaban casi constantemente y el carácter a veces
se
agriaba un poco.
....Anodino pasaba el tiempo....
Poco
después, a la salida del trabajo, un chico que llevaba muy poco en el
barrio me
saludó, íbamos ambos en la misma dirección y me preguntó si
podíamos caminar
juntos…
¡bueno, dije!..
El
trayecto fue silencioso, ya que ninguno sabíamos qué decir,
era muy
delgado, alto, su físico no me atraía en absoluto, Me pareció,
tímido
y comedido.
Días
después volví a tropezarlo nuevamente casi a las puertas de la
oficina, no
preguntó siquiera, caminó junto a mi dispuesto a acompañarme,
así lo
hizo, y como el que no hace la cosa, se fueron repitiendo a menudo
estos encuentros
ocasionales que ya me dieron por pensar que
eran provocados.
De
conversación parca, pero totalmente sana, parecía muy buena persona,
según me
dijo quería ser sacerdote. estaba de vacaciones con unos
familiares.
Eso me ayudó a comprender su cortedad. y sentir que merecia
la pena
tener un buen amigo
C. Parra
Os pido disculpas si el texto va a lo loco, pero por mucho que lo intento el editor lo pone como quiere....
he pensado quitarlo, pero ya hay un comentario y me da pena....disculpad por favor